MI MUNDO PEQUENO

Mudo. Mudo.

Extirparme la garganta, sacarme las palabras con un fórceps, con un sacacorchos, con una pinza, con una sonrisa.

Pero sacarlas de aquí, que se agolpan, que se atascan, que me duelen. Una pelota en la garganta, producto del humo y de no saber las palabras.Mudo. Igual que en esa película de Herzog “Donde duermen las hormigas verdes” o algo asi. Y ese aborigen australiano, el último de su tribu con los ojos negros desesperados, habla y habla en su lengua, pero no queda nadie más que hable su idioma. Entonces nadie sabe lo que dice, entonces nadie lo escucha aunque grite, nadie le responde aunque pregunte.Asi mismo. Mudo. Porque no tengo idioma para sacar lo que tengo en la punta de la lengua, en la punta de los dedos.

Y pareciera que mi mundo es tan pequeño, pareciera que la mitad de el esta vacio. Lleno de cosas innombrables, de fantasmas que se pasean y que nadie ve, que ni yo veo. Mudo. Y ciego también.

Me sacaré la lengua y la garganta y los pulmones. Para no ser un mudo con voz, que habla tonteras, pero lo importante queda ahí. En esa pelota de pelos sordos, mudos, atrapados y yo atrapado entre ellos.

Yo y mi mundo pequeño, atrapados ambos en una voz que no tiene palabras, en la puta pureza de un lenguaje que desconozco.