24.11.05

PARE DE SUFRIR

Sonrie. La vida es hermosa y es tan fácil ser feliz. No te preocupes: no hay mal que por bien no venga ni uno que dure cien años y todas las cosas pasan por algo.

Por algo, claro. Todo encajara perfectamente en el futuro. Solo espera. Dale tiempo al tiempo, que el tiempo lo borra todo y cura todas las heridas. Todas. No olvides que uno tiene lo que se merece. Ergo, lo que no tienes, no lo mereces. Nunca lo tendrás, tranquilo. Es que la vida es tan justa. Y ya llegara tu hora. Y a nadie, a-na-die, le falta Dios

Y al próximo imbecil que me salga con una de esas frasecitas de mierda para el bronce prometo romperle el hocico.

Uno tiene lo que se merece.

Lo primero que hago en las mañanas es oír a Jorge Hevia diciendo buenos días a todos. Lo segundo que hago es poner el mute y mirar el techo y pensar un rato en los días en que lo único que quería era masturbarme, fumar, leer en el water y salir a la calle a ver si algo pasaba. Y todo estaba estúpidamente bien.

Veo a Jorge Hevia y pienso que debe dejar de ser lo primero que vea en el día. También pienso que tal vez yo podría ser feliz con tan poco. Una pega, una casa, una tele, un almuerzo, un cigarrillo, una cerveza y alguien a quien llamar de repente, cuando todo eso se ponga aburrido.

Uno que se cree mi amigo me dijo: lo que pasa es que tu tienes el gen de la autodestrucción, nunca estas conforme, lo tienes todo, pegacasaamigosfamilia y quieres mas y es porque las cosas no te cuestan y blablabla. Yo creo que el quiere que yo le diga: si, amigo, tienes razón, desde ahora sufriré, como todos. Viviré como tu, queriendo mucho y siendo feliz con nada. Se lo digo y se queda mirándome como un sonriente infeliz.

Yo no doy consejos y no los quiero para mí. Menos cuando huelen a esa ranciedad cristiana del sacrificio y la culpa por las cosas. Si estoy así, si ya no sonrió como antes con las cosas buenas y las palabras de aliento me parecen tontas y las bocas consejeras me parecen tontas, no es por querer caerme borracho en una calle como antes como doctrina filosófica chanta para creer que por eso la vida no es bella.

Yo quiero estar bien, Quiero estar feliz. Pero estoy vivo y tengo cerebro y sé que la vida no es hermosa, que no es fácil, que te pasaron y te pasaran cosas malas e injustas e inmerecidas y es probable que nunca nada ni nadie haga justicia por ti. Esto lo escuchaste en una mala película: solo te tienes a ti mismo. Y sonríe. Dile a un niño mutilado por una bomba que la vida es hermosa. Dile al mendigo que ahora se caga de frió que el dinero no es felicidad. Dime a mí que el amor existe y es mas fuerte. Dímelo. Si ya se que se puede vivir con eso y que así lo puedes seguir pasando estúpidamente bien. Sonríe.

Hace unos años deje embarazada a mi polola y aperramos y trabaje de guardia y después gane plata y arrendé una casa con patio y coiron en el techo y un parron y una asadera y un jardín grande y compre un auto y me case y vivíamos felices los tres y nuestros dos tiernos perros. Un día regando ese jardín, vi a mi mujer feliz, a mi hijo feliz, a mis perros felices, a mi asado feliz, a mi auto feliz y a mi casa feliz. Y pensé que eso no era lo mío. Lo mío no es engañarme. Y lo deje todo. Por nada, según mi vieja.

Hoy quiero que algo así pase de nuevo. Y devolver al remitente la cajita feliz que contiene lo que un buen tipo como Jorge Hevia y como yo, por ejemplo se merecen.

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