ESQUINA - ESTUDIO

A lo largo del desarrollo de nuestra sobrevalorada televisión nacional, hemos podido observar cómo se han ido buscando escenarios cada vez más reales, en donde los tramoyas y la escenografía la componemos todos aquellos que transitamos por la ciudad, producto de nuestra rutina.

Es así cómo cámaras indiscretas o los actualmente llamados "noteros" salen a aplanar veredas para obtener impresiones de nuestro entorno, sin guiones ni libretos de por medio. Es así cómo lugares emblematicos como el Paseo Ahumada, el Paseo República y la esquina de Lyon con Providencia forman todos los días parte de nuestras pantallas.

Sin embargo, la más latente de los últimos tiempos, es la esquina antes señalada. Todavía recuerdo las encuestas que se hacían en el difunto pero exitoso programa "Pantalla Abierta", en las que siempre se burlaban de uno que otro extravagante personaje que daba respuestas controversiales.

En la cuadra del Portal Lyon (Pórtal para los asiduos), programas juveniles de la talla de "Mekano" o "Invasión", se instalan de vez en cuando con sus estaciones móviles, ya sea para entrevistar, reirse de la gente o hacer alguna nota sobre el lugar en sí, el cual alberga casi todas las tendencias de la moda adolescente.

En vísperas al Mundial de Francia '98, el desaparecido Kiwi gritaba goles a espaldas de despistados transeúntes, probablemente enviando más de alguna vez a alguna viejita a la sala de emergencias para ser reanimada a punta de choques eléctricos.

A pesar de todo, no sólo el nuevo milenio formó parte de esta esquina. Los años '90, con programas como "Extra Jóvenes" y el desafortunado "Interferencia, Tu Hora Total" también hacían parecer esta intersección vial como un preciado estudio televisivo que otorgaba (y todavía lo hace) buenas cifas de sintonía.

Hace un tiempo atrás, me vi obligado a tomar un atajo caminero, para evitar que el programa "Tarde Libre" intentara ficharme para ir en una cita a ciegas con una chica recogida quizá de dónde.

En el momento en que noté la femenina presencia de las dos chicas reclutadoras, tomé un desvío hacia 11 de Septiembre, aprovechando de dar un paseo por el diminuto Mall Panorámico.

Cuando la televisión nos acosa, es entendible sentir miedo y vergüenza: nos pillan desmaquillados y sin las fajas que evitan el subir cinco kilos producto del lente de la cámara.

Las únicas entrevistas que me han hecho, han sido para trabajos universitarios de estudiantes de periodismo en las que me preguntaron cosas totalmente irrelevantes, como la posibilidad de inventar un ministerio para los jóvenes... simplemente digno del otrora Club de Amigos de la Red.

Está más que claro que la televisión no es la misma de antes y se nota en todo sentido. El morbo de lo inesperado habita en la mente de todos los consumidores y el disfrute de la desgracia ajena es un tema que muy pocos están dispuestos a reconocer, pero sin duda es lo que más genera dividendos y palestra de discusión pública.

¿Cuál será el próximo paso para Chile y su televisión?

¿Un reality porno?

¿Un reality gay?

¿Películas snuff?