1.4.06
BIIP BIIP
Suena un aparatito pegado al parabrisas. Pago un peso cada 34 metros de carretera. En horas peak, un peso cada 17 metros. Sólo pago los metros que uso. Es lo más justo que hay. Si alguien queda en pana de bencina, multa.
¿Porqué voy a subvencionar al conductor distraído?
Biiip. Suena la máquinita del empleado municipal para cobrarme el estacionamiento. Veinte pesos por cada minuto en que mi auto ocupa un lugar escaso. Lo más justo que hay.
Tomo el metro. Biiip. Se descuentan 460 pesos de mi tarjeta inteligente.Todo debiera ser así.
Paseo, cruzo la calle. Biiip. Se descuenta un peso de mi chip intradérmico. Pura justicia. Sólo pago lo que ocupo. ¿Porqué va a pagar uno por veredas que ocupa otro?
Tomo una escalera mecánica. Biiip. 5 pesos. Si tomo la escalera normal, 2 pesos. La opción es mía. El sistema respeta mi libertad.
Me canso. Hay un banco en la plaza. Me siento a la sombra de un árbol. Biiip. Me descuenta 10 pesos cada 5 minutos de reposo. Una ganga. El único pequeño problema es que si me levanto recién sonado el bip, pierdo los cuatro minutos que quedan. Todo se puede mejorar.
Si a un ciudadano imprudente se le acaban los pesos de su cuenta, el chip intradérmico suena diferente: bip-bip-bip. El individuo sabe que no debe dar un paso más. Será recogido por un camión especial y trasladado a un módulo donde recibirá mantención básica hasta que alguien deposite en su cuenta. Al salir, le serán descontados los gastos en que el irresponsable hizo incurrir al fisco.
Despierto. Mi torcido subconsciente ha transformado el ring del despertador en un bip.
Todo ha sido un mal sueño. Aliviado, miro salir el sol sobre mi ciudad modelo.
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