Es como esta hoja arrugada. Ves? -me dice.
Tu tienes alma de reparadora: intentas estirar la hoja de este u otro modo, de ponerla bajo libros durante meses con tal de que quede como nueva.
Para que lo haces? Para que?
Si tienes un cuaderno lleno de impecables hojas blancas y estiradas.
Y desde mi ventana aguada miro sus ojos verdes de gata, mientras ella me lleva de paseo por mi naturaleza y se detiene frente a la vitrina de la necesidad de hacerme zancadillas a mi mismO.
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3 comentarios:
Repara entonces las mías, las que guardan figuras olvidadas, las que guardan días de risas y alegrías que no vuelven ni se vuelcan en mi boca. Toma entero los pliegues de mi pena y deja esta hoja lisa y nueva para escribir un nuevo comienzo
Alas para volar¡¡¡¡
Vuela en las mías
Un beso
Hay hojas que son irremplazables...
Me ha llegado este post...
Zancadillas, juegos perversos para recordarnos la presencia de eso que llaman alma.
Pobres animalitos de costumbres, nos vamos mordiendo la cola como el uroboros famoso.
Un abrazo.
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