31.8.05

SI ME QUIERES, LLAMAME


Me siento pecaminoso, no es fácil ser un neo hippie urbano espiritual anti techno fashion emergente. Me gustaría verme con chalas diciendo que no necesito nada para ser feliz, pero no. Duele reconocerlo, pero mientras más plata gano, mas me endeudo. Y más feliz soy. Puro placer plástico. El mejor. Sin especulaciones. Tienes lo que quieres y puedes pagar. Y pago sonriente por una cosa que me deleita entre todas. La verdad, es mas que un gusto. Es una pasión. Loca. Anormal. Toxica. ¿ Será así el amor verdadero ? Es lo primero que toco en las mañanas y lo ultimo que miro antes de dormir. Lo veo y sonrío.¿ Estas ahí? Háblame. Por fi, pienso. Dime que estas ahí. Y se toma su tiempo para contestar. Yo lo entiendo. Pensar antes de hablar. Es el juego. Y me tiene loco. Lo sé, es algo que no entendería un simple mortal. Me siento pecaminoso, ya lo dije. Y es porque me pasan cosas con mi celular.
Es increíble que no lo haya visto antes. Tantas tonteritas en la cabeza a uno lo ciegan, que el amor es una mujer, que la vida es dar, que los amigos si que importan, que la mama es la mama y las cosas se pierden y se recuperan y no dan felicidad y blablabla. Tatuajes con significado, conversaciones interminables. Basura. Todo lo que necesito cabe en la palma de mi mano. Es gris, sobrio, duro, me gusta ese estilo. Y si lo dejo espera hasta que vuelva. Y si no vuelvo, no se ira lejos. Es mi polo opuesto. Ya lo dijo Paula Abdul: la atracción esta en el otro extremo. Su silencio me perturba. ¿ Dónde estas ?, me pregunto. Y te encuentro y te tomo y estas fresco. Y en tu visor me dices: ¿ Eres tu, Jorge Eduardo ? ¿ Hay algo más tierno que eso ? Soy yo tu dueño, digo. Y no dice nada. Lo toco, una y otra vez, y solo pronuncia un tímido Pi. Me gusta tener el control. A veces lo apago y camino por las calles actuando que hablo con alguien. Pero no. Somos el y yo y su textura en mi oreja y mis dedos que pasan por su espalda. Las relaciones son de ida y vuelta. Si no hablo de el, no me habla. No hay secretos, no hay engaños, como en las ultimas relaciones que he vivido. Sabe cada cosa que hablo y que haré cuando no este con él. Y llego y lo acaricio y me cuenta de la gente que quiso hablar conmigo. Me conoce. Sabe que necesito mi espacio y mi tiempo y mis propias amistades. Sin escándalos me dice: es tu ex novia, es tu ex mujer, es el tipo que te asfixia, el que cree ser tu mejor amigo, la chica de anoche, Y le da lo mismo. Sabe que si estoy con alguien en la oreja, mi mente esta mas cerca de el. No es cuico, es clase media. Y hace lo que se le pide: llama, contesta y da los recados. Sin juegos, no le gustan las viboras. Como a mí. Y no grita, vibra. Una delicia en la intimidad. Bzz, bzz. ¿ Quién es ? Lo sé, algunas veces lo apague. Pero ya no. Me gusta saber quien esta pensando en mi. Y mientras más lo quiero, menos contesto los llamados. Me basta con saber que él sabe que hay otra gente interesada en verme. Un poco de celos no esta mal. Es humilde. Funciona con tarjeta. Me gusta así, yo soy lo que soy, no lo que tengo. El espera su recarga y se la doy cuando quiero, no cuando me obligan. Y como no me pide nada quiero dárselo todo: carcaza de color, manos libres, funda de cuero, autoadhesivos, estuche, cargador portátil, roaming, internet, enciclopedias, concursos millonarios. Lo haré, pero con el tiempo. Cuando este seguro de que esto es algo serio y no una ilusión creada por esta soledad que es aun peor mientras más gente me llama. No temas. Si me quieres, llámame. No temas. Si me quieres, llámame. Hazlo por mí, por fi

27.8.05

LLUVIA


La lluvia muerde la ciudad a esta hora. Caminar es bañarse del calentamiento global, de las promesas incumplidas por los gobiernos del mundo, de la gente que sufre cuando sus casas se van culpa de una avalancha de barro y mala suerte de existir ahora, no antes ni despues.
Sucede la escena en el mismo momento cuando te discutes que el planeta no da para mucho y estas palabras se van a borrar para siempre. En ese instante, cuando escribes con tu mente cuadernos que se van, decides que no vas a tener hijos. Gracias a Dios sabes que es mentira, que la vida se las arregla para continuar y engañarte y el agua te hace flotar en piscinas veraniegas triunfantes de saber que eres un elegido con agua potable y computador para contar tus verdades: Llenas de miedo. Llenas de paranoia.

19.8.05

INVIERNO


El invierno es una sensación en el corazón. No se soporta ni con abrigo ni parka. Los guantes siempre son helados por dentro y los stencil que brillan con las luces de los autos, desnudan los edificios sucios y halógenos que rodean el centro. Historias de travestís muertos en las portadas de diarios que flotan en el aire, como hijos huérfanos de la sección de economía, cuando mis ojos llorosos y el botones del hotel (que me acompaña para tratar de escapar de mi pena estupida, para ayudarme a sentir, para tratar de olvidar las oportunidades perdidas y las esperanzas cerradas por un corazón que empuja a delatarse) caminan por Alameda a las 4.30 de la mañana. Una prostituta nos pide un cigarro con una mochila de Winnie de Pooh al hombro y el pelo ondulado. Una escena del Mago de Oz frente a nosotros: un camino recto de luces y cientos de semáforos en rojo que se pierden en el infinito. A lo lejos el cine Lido y un grito desesperado desde un tercer piso:

- ¿Quieres que te chupe el picooooooo? –

Impresionados con mi amigo nos quedamos mirando en esa esquina al psicópata de barba y chaleco azul. Quizás estaba jalado. Su vida no tenia sentido. Observábamos un game over en directo y sin edición. Pensaba la escena del borracho que aprueba, subiendo por las escaleras, con el tipo enfrente, sonriente y con un picahielo en la mano. Maravillas modernas. Un thriller en Santiago Downtown. Todo se puede ir a la mierda. Los carabineros corriendo. El noticiero gritando mentiras. Y yo aca tan solo.

El McDonalds de ahumada, los colectivos. El amanecer frente a la universidad de Chile y Almacenes Paris. Todas las veces que me enamore. Todos los “Nunca mas”. Los bailes en el Clandestino. Borracho de frio. Riéndonos con una Mcnifica en la mano y pensando en el fin de semana. Planeando como volver un clasico un programa de radio. Compilado de verano. Todo es un refrigerador gigante. Y empieza otro Sabado, otra vez se resetea la pena. Las heridas están cerradas. Soy nuevo de nuevo.

18.8.05

MERECES ALGUIEN MEJOR QUE YO




No creo exagerar cuando afirmo que nuestras queridas mujeres son rigurosas prisioneras de los lugares comunes a la hora de poner termino a un largo, intenso, breve o aburridísimo pololeo.

Independiente de si llevan tres años o una semana, sean gordas o flacas, tontas o inteligentes, el repertorio es siempre el mismo.

Las generalizaciones son odiosas, lo sé.

Las personas, y entre ellas incluyo a las mujeres, son diversas y complejas. Pero seria un signo de avanzada miopía negar las suculentas evidencias empíricas.

¿ Cuantas veces hemos escuchado el socorrido “ te mereces una mujer mejor que yo “ ?

¿ Cómo hacerles entender en ese momento, que a la única que uno quiere es a ella ?

¿ Es que acaso ha existido alguien que ante ese comentario conteste “ si, en realidad me merezco algo mejor que tu, estúpida “ ?

Nadie, pues. Entonces, ¿ por qué insisten ?

Otro de los clásicos de ayer y hoy es el consabido “ yo sé que suena tonto, pero me gustaría que siguiéramos siendo amigos “ . Uf. Si supieran como esa palabra retumba en la cabeza: amigo, amigo, amigo. Lo peor es que, para estar a la altura de la situación, uno contesta otra genialidad por el estilo. Algo así como “ lógico, mi amor, obvio, naturalmente “.

¡ Que horror ¡ Por favor, nunca mas

Aunque no es todo. Quizás si la más dolorosa es aquella frase que surge después de los insultos y las lagrimas. Cuando te miran con los ojos hinchados y te dicen “ te quiero “. ¿ Quién las entiende ? Te están pateando y como guinda para el postre, te quieren. No hay salud.

Esta demás decir que uno, gil, mil veces gil, en esos casos replica con un quejumbroso “ yo también, mi amor “. Y al respecto existen algunas variaciones. Hay quienes, entre los que me cuento, intentan un “ te quiero mucho “ como respuesta, soñando con que la palabra “mucho” marque la diferencia y genere algo mejor. Error, no se dan ni cuenta.

Se puede agregar a los anteriores otros lugares comunes como el insoportable “ estoy insegura “ o el “ me gustaría haberte conocido a los veintialgo “

Por ultimo, no pueden faltar las llamadas por teléfono a la semana de haber terminado, para devolver un libro o una cruz, o esa tradicional visita que hacen mas o menos al mes, para saber si uno todavía marca ocupado. Ahí son tantos los esfuerzos que hacemos por mostrarnos indiferentes y controlados, que la baba se nos sale por las orejas. Penoso.

Si en vez de tanto cuento te dijieran “ ya no te quiero como antes “ o “ es que fulanito me confunde, no sé si me gusta o solo me atrae “, seria mucho mas duro pero infinitamente mas real.

Como dice Serrat: nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.