MUJER TENIA QUE SER

Mujer tenia que ser, suspiran los automovilistas atrapados en un taco, aproblemados con un accidente o simplemente esperando un lugar en un estacionamiento subterráneo. No obstante el lugar común, los especialistas dicen que las mujeres manejan mejor que los hombres.

Mas allá de las impresiones o de las generalizaciones, es perfectamente posible que las mujeres conduzcan mejor. No me atrevería a negarlo. Como copiloto he tenido experiencias horribles con ambos sexos. La única diferencia esta en que los hombres manejan tan seguros de hacerlo bien, que no te preguntan nada y te dejan descansar en tu asiento.

Las mujeres y sus indecisiones me pueden resultar mas estresantes, pero también viajo mas seguro porque se que van preocupadas de llegar sanas a destino. Por otro lado , las veo disfrutar de la libertad de andar en cuatro ruedas - algo que sus abuelas no hacían -, placer que muchos hombres han olvidado.

Yo no se quien maneja mejor o peor. Lo que si es seguro es que los hombres estacionan los autos mejor que las mujeres y este vídeo es una prueba de aquello. Después de todo, el arte de poner algo grande en un hueco pequeño sigue siendo una especialidad masculina.

¿QUIEN QUIERE MAS NOTICIAS ?

Se viene CNN Chile y TVN 24 Horas en el cable. Ahora el público se pregunta: ¿Para qué? ¿Acaso necesitamos más noticias? Soy de los que piensan: ¡No por favor! ¿Para qué si con lo que hay ya es demasiado? No sólo porque ves las noticias y de pronto no entiendes nada, sino también porque el horario suele ser un hoyo que los editores tapan con harta piedra y cachureos varios. Amén de fútbol. Y material de relleno a precio de ocasión.

Será una sorpresa: hasta ahora nadie sabe cómo viene la mano. Sí, por ejemplo, que CNN reclutó a talentos como Patricio Hernández o Ramón Ulloa. Basta, para intentar entenderlo, rumiar la decisión de TVN de recontratar a Alejandro "Oso Yogui" Guillier; un TV talent que tendrá que hacer bastante más que levantar las cejas para ya no verlo una hora, si no todo el día. 24 horas. ¿Broma? Decían —a modo de justificación cuando explotó el fenómeno— que el periodismo nacional está a otro nivel. ¿Sí? Por favor: a otro perro con ese hueso. Desde la propia autocrítica, válido hoy es recalcar sus históricas deficiencias: discreta capacidad de análisis, cero ganas de contar la verdad de la milanesa, reducción del Universo Chile a tópicos que más tienen que ver con el rating que con una genuina línea editorial.

No nos saquemos la suerte entre gitanos: cuando uno se va al cable es porque necesitas desintoxicarte de la TV abierta. Lo que no te dan los noticiarios sí está en Travel & Leisure, en National Geographic. Pero, claro, hay aquí también una histórica posibilidad. Habrá que esperar a que salgan estos nuevos canales de noticias. Gusto dará si ahí vemos a Chile, a la gente que se descresta trabajando. Si vemos los éxitos y los fracasos en un país cuyos verdaderos protagonistas son los NN, si vemos nuestra geografía, los nuevos lugares, los líderes, ahí en terreno, si vemos —de las noticias, noticias— el lado B, todo eso que nunca va a salir en el central. Ahí, claro, aplaudiremos: diremos ¡pero qué bien! Sino... ¿Para qué?

Para la animalidad de siempre prefiero Animal Planet.

"TUTTI FRUTTI" LA SENSACION DEL MOMENTO

Son cerca de las once de la noche en el Teatro Bellavista y hay cola para comprar entradas del nuevo show-espectáculo-circo-ensayo social de David y Fernando Quintana, los hermanos que llegaron desde Argentina para refrescar y contagiar con su deschavetado humor las tablas locales.

No todos logran el cometido. El teatro es chico. Y la demanda es alta. La obra está a tablero vuelto. Y razones sobran: el humor que hace falta en programas como "El club de la comedia" sobra en este trabajo, donde en vez de retorcido humor negro hay risas francas, sano humor rosa. Es "Priscilla, la reina del desierto" en versión chileno-che.

Se apagan las luces. Suena un clásico de ABBA. Entra a escena un par de preciosuras que interpreta un hit de los suecos. Segundos después Los Quintana; travestis que, en tono clown, no dan con el sexy registro. Es un camino en el que no hay norte, ni guión; "Tutti frutti" no se trata de nada. Son estampitas que hacen gorgoritos en la memoria colectiva. Especialmente del registro ochentero.

Comienzas a reírte de la moral Llame Ya, de las chicas descafeinadas que leen el tiempo, de los clichés del cine y las teleseries, de la sensibilidad latina que obliga a que el público presente termine tarareando "él me dijo que me amaba y no era verdad, él me mintió". "Tutti frutti" es como el Circo Timoteo Light, filo ABC1, en versión "Tolerancia cero". El público engancha con un trabajo que no sólo es profesional en su ritmo y precisión, sino que abre el espacio para que a Santiago regrese la Gran Noche; la de plumas y vedettes, sin la moral mula de Marlenes, Kenitas y Pamelas. Un espectáculo varieté con humor directo, sin caretas intelectuales. Hacía tiempo que en Santiago no era posible ver una obra exenta de poses y manierismos.

En hora buena: tenía que llegar un par de payasos travestis, bien freaks, bien bizarros, para lograrlo.