28.4.08

LLAMADAS PERDIDAS


Acabo de despertar hace 1 hora y tengo el Messenger abierto. Tome Coca-Cola. El microondas quedo atrás. Adios al pan con queso. También al metro, las cuentas, el cable, cierta colección de DVD`s y un porcentaje importante de diarios y revistas que me divierten en el baño.

Ya no estoy en mi casa. Ahora estoy escribiendo. Tome apuntes en la micro. Pensé en relatar historias falsas acerca del desierto, de los universitarios, la paz mundial y mis arrepentimientos, solo para parecer inteligente y triste. Pero no es así, ni tampoco es verdad. Quizás esa era la solución. Ahora me arrepiento.

No se como llegue a Plaza Italia. Estoy rodeado de micros. Hay veces en que pienso que sufro insomnio. Y compre otro néctar. Y tome un taxi. Seguiré gastando en tonteras como esa. Nunca sabré tener dinero. Siempre estoy en un ritual para bajar de peso. Odio el aspartanamo. Dios sabe que comería sano si tuviera una manzana cerca. Pero ya nadie vende fruta, ni tampoco diarios. No tengo carga en el celular. 3 mensajes en el buzon de voz. Y una inquieta llamada perdida. Una maldita llamada perdida. Síndrome de los nuevos tiempos.

Hasta hace unos años renegaba de dos cosas: los preuniversitarios (me parece hasta el dia de hoy sospechoso que el ministerio de educación no se pronuncie respecto a tener que estar obligado a comprar puntos para entrar a una carrera como la gente) y los celulares. Amaba no ser ubicado. Ser un rumor permanente. No tener que saber que mi hijo estaba enojado culpa de mi grosero horario. Pero desde hace un buen tiempo comenze a poseer uno. Y mi agenda se lleno de gente.

Era bastante feo. Tenia una carcasa horripilante. Realmente deprimia. Parecia de jueguete (era de esas marcas coreanas de dudosa procedencia). Unas noches atras me lo robaron. Y me di cuenta que lo amaba. Que ese artefacto era mi vida. Mi satelite con el mundo. Mi salida tras las rejas. Fiel compañero mientras estaba en el trabajo. Fue horrible. Me comunique con la compañía, y como era prepago, alguien se lo quedo. Y nunca mas pude tener al fiel 09-89 75 688 a mi lado. Hace dos dias atras, tome coraje y marque el numero. Le comente al tipo la lamentable historia de esa medianoche de Abril . Caminaba por el paseo Ahumada. Y un tipo me lo arrebato de las manos. Tras el teléfono no contestaron. Yo sabia que mi teléfono estaba secuestrado.

Asi me compre uno nuevo. Antes me desesperaba tenerlo cargado. Pero ahora como nadie lo tiene no me mata tener que responder. Pero ahí tengo una llamada perdida. Algo que no entiendo. Si nadie sabe mi numero ¿se habrán equivocado? ¿hay un superhéroe movil tratando de ayudarme? O ¿solo es un gracioso que marco borracho el numero de una ex novia depresiva y termino tratando de hablar conmigo?.

No se por que me inquieto tanto. No se por que estoy escribiendo todo esto. Pero si ud. Tiene conciencia y un poco de tiempo libre, marque el viejo numero que aparece en esta columna. Dejele cientos de llamadas perdidas y el miedo constante de que una de estas tardes el FBI aparezca y se lleve a su dueño para siempre junto a un violento equipo Swat y me devuelvan ese telefono. Como si marcaran rapido y apagaran el telefono, transformando el arte de pinchar en un arma para hacer justicia por nuestras propias manos.