7.12.09

GUERRA DE DOS MUNDOS


Univesidad Catolica y Colo Colo no son cualquier equipo, como no es cualquier estadio el de San Carlos de Apoquindo. Se trata de dos camisetas que simbolizan dos mundos, dos espacios de referencias y simbolos. Los hinchas de la UC lo saben tanto como lo de Colo Colo.

Al humillar a los colocolinos en las inmediaciones de San Carlos, los cruzados le recordaron alos albos la otra frontera, la de su piel, la de su acento, de su origen. Recordaron que hay dos ciudades en una misma y que no se pueden traspasar sus limites impunemente. Dejaron en claro que, quizas en la cancha, ambos equipos pueden mirarse las caras de igual a igual, pero fuera de ella, ni siquiera pueden soñarlo.

Da lo mismo que los dueños del equipo popular sean hinchas de Catolica; da lo mismo que muchos de los hinchas del cuadro cruzado vengan de las mismas barriadas que los de Colo Colo, y por supuesto tambien da exactamente lo mismo que los fanaticos del Cacique, de proletarios no tengan nada. Lo que se enfrenta son dos imaginarios. O quizas uno solo, el de los cruzados que han decidido sentirse invadidos por los indios, ofendidos por su existencia.

Ayer, cuando los colocolinos se encontraban tan lejos de Las Condes, en San Carlos se podian dar el lujo de jugar a ser caballeros cruzados. Y de recordar que ese sobrenombre - Los Cruzados - era el nombre de un ejercito invasor, que sentia que tenia que desplazar a los arabes de sus lugares santos.

7.8.09

JUICIO A TEVITO



No sé si siempre será tan bueno recordar el pasado. Es lo que me pasa cuando, en el marco de los 40 años que celebra TVN, veo el regreso de Tevito a las pantallas. Estoy de acuerdo: Tevito es historia. Es memoria. Es parte del disco duro nacional. No por nada el gordo quiltro, el pulgoso símbolo de la arrogancia y cinismo de la UP, fue también el primer detenido desaparecido. Bastó que los milicos se tomaran el poder para que, en el acto, quemaran todas las latas en las que aparecía Tevito boxeando, Tevito de Barnabas Collins, Tevito cuequero. Entiendo que sólo se salvó ésa, la más clásica, en la que aparece de chinchinero, golpeteando el viejo logo del canal; con "Charagua", de Víctor Jara, sonando en el telón de fondo. Pobre perro. Pero no por eso hay que ser ingenuos. Y, si es por afecto -Tevito vuelve ahora presentando ese programa franjeado en que TVN revisa su memoria audiovisual- mucho más sentido habría tenido volver a ver al Tata Colores. En lo personal, poco tengo en contra de Tevito. Nunca usaría una polera con su imagen, pero de partida me gusta el nombre. Y siempre me intrigó saber si, en los 70, ya se usaba el concepto de "tevito" para el adicto a la televisión. Ahora, cuando veo a Tevito (originalmente se llamaría Perro Choco, pero el Tío Agustín, de continuidad, lo bautizó Tevito) no es precisamente simpatía lo que aflora.

¿Qué tenían en la cabeza los ejecutivos de aquella época?

Cómo, si en el mundo hace rato existía Bambi y Walt Disney, alguien podía creer que un perro así podría causar simpatía entre los niños. Yo era niño entonces. No tenía ideas políticas. Y, la dura, jamás se me habría ocurrido pedirle a mi mamá que me regalara un póster de Tevito. Que lo vendían.

En "Animal Nocturno", ante la pregunta de quién fue el primer chileno en pisar la cumbre del Everest, el Dr. Purto no sólo no respondió sino que tuvo la desfachatez de decir que llegó junto a Jordan. Es verdad. Pero no dijo que, antes que ello, llegó García-Huidobro. Lo cuento para recalcar que es bueno apelar a la memoria, porque hay emotividad, pero también historia.

TVN cumple 40 años. Chile está a un paso del Bicentenario. Y, la verdad, la televisión pública sigue al debe con un programa en el que no sólo se muestren imágenes del recuerdo sino que se debata en torno a esas imágenes. Y, entonces, no sólo se observen sino que también se cuestionen. Quizás recién entonces se cumpla eso de que TVN es el canal de "todos los chilenos". Incluidos (lo aclaro: no es mi caso) los que podrían sentirse insultados por el bueno de Tevito. Un amor, cierto. Pero, quizás, también una carga. Otra historia.

9.3.09

DEFENSA DE EDMUNDO



Como todos, fui testigo hace unos días del fuerte temporal que se dejó caer en la vida de Edmundo Varas. También de la condena mediática transmitida por todos los noticiarios de Chile.

Raro: un tipo que se suponía perdido, completamente a la deriva, de pronto no sólo figuraba en la portada de la mayoría de los diarios del país sino que además la prensa lo deseaba, lo buscaba, lo perseguía. Eso mientras los opinólogos insistían en que los ex "chicos reality", una vez fuera de sus programas, quedaban sin vida.

Cierto, pero no como a estos señores les hubiera gustado que sucediera. Las cosas ya no pasan de esa manera.Se sabe: hace ya casi una década, la televisión internacional descubrió que para generar rating no necesitaba de costosas estrellas. Bastaba con gente NN, altamente desechable, losers de la calle dispuestos, por un poco de fama, a sobreexponer sus vidas y abrir sus corazones, mostrando de paso calzones y calzoncillos. Lo que entonces no se sabía es que los NN también podrían llegar a instalarse en el hasta hoy amplio Olimpo de la fama. Y, por lo mismo, desde ahí exigir sus regalías.

Me pasó hace unos meses en los pasillos de Canal 13. Tres, cuatro veces, me topé con Edmundo Varas. No nos conocíamos, pero el tipo siempre fue cordial, movió la cabeza y sonrió como supongo que lo debe haber hecho con todos ahí. El tipo, como todos los que deambulan en esos pasillos, buscaba algo de reconocimiento, un poco de plata, quizás algo de amistad y poco más. Sin embargo, Edmundo era Edmundo y luego lo vimos delirando, hablando bien shiwá, asegurándole a cuanto micrófono le pusieran enfrente que él estaba seguro de quién era Edmundo Varas. De lo que Edmundo Varas no estaba seguro era si el resto sabía quiénes eran ellos. Y lo chistoso es que probablemente no haya respuesta.

¿Enloqueció Edmundo Varas?

Obvio que sí. El punto es que la cosa no acaba ahí: Edmundo Varas fue capaz, casi inconscientemente (aunque no tanto) de interpelar a la industria y, de paso, a la sociedad.

¿Qué vemos cuando vemos?

¿Quiénes somos los que vemos cuando vemos?

Los que están ahí, afuera

¿somos nosotros u otros? ¿Cuál es el verdadero origen de Julita Vial? ¿Quién es más estrella? ¿Edmundo o Julita Vial?

Déjenme. No me toquen. ¡Uds no saben quién soy yo! Apaguen esto, por favor. ¿No? ¿No se puede apagar? Tiempo falta para dimensionar la oscura claridad de este chico reality. Sólo espero que, para entonces, no se haya pegado un tiro. Es como suelen terminar las buenas historias en el espectáculo.

23.1.09

LA CRISIS DE LOS REALITIES


He tratado de ver los últimos realities. Dios sabe que he tratado. Pero, chuta, es imposible. No se puede.
Hace calor. No puedes dormir. Prendes la tele y ¿qué ves? Al guatón Álvarez, al guatón de "Pelotón", haciendo la posición invertida para entretener a la audiencia. A Carlos Pinto que, descreído (ni él mismo cree en lo que hace) invita a sus claustrofóbicos condenados a vivir experiencias de seudo terror que, la verdad, no están ni para campamento de boy–scouts; con todo el respeto que merecen los boy–scouts.
Con todo, vale el análisis: la paliza, la brutal diferencia que le lleva "1810" al "Juego del miedo" es más que entendible.

En TVN intentaron ser "choris" y, en busca de una falsa onda, traicionaron el gran principio de todo reality; ese que dice que es entretenido (muy entretenido) asumir el voyerista interior.
Luego espiar, sin asco, al vecino para pelar, traicionar. ¿Qué hay en "El Juego del Miedo" en cambio?
Mucho talento (básicamente detrás de las cámaras) tratando que el programa sea más cool de lo que debería. Tanto fantasma nerd, tanto cadáver olorosito, les hizo olvidar que hacer un reality es lo más simple del mundo: se trata de encerrar a un grupo de pernos, sin vida propia, lo más desesperados posibles, dispuestos a hablar pelotudeces por unos meses o más. Eso es todo. No hay que llevarlos a la Luna, ni a Transilvania.

Ellos sólo tienen que convivir. Ratonear. Hablar estupideces. Y para eso, no necesitas un hospital. Bastaría un buen departamento en Plaza Italia.
En el reality del 13 hay más lealtad con el género. Pero no por eso no tiene un problema. En el afán de imponerse en el rating (que vaya que lo han logrado), usaron la línea de crédito y, finalmente, apostaron por transformar un género (de éxito mundial) en un sub–género con todos esos sub–normales, esos ex chicos realities, reencontrándose en un apocalíptico loop que itera sin fin.
Qué horror. Qué pena. Obvio: rating hay. El punto es que así no da para más. Hace calor. Bajo el parrón intento ver realities. No se puede. Son intragables. La nostalgia asalta.
¿Dónde está la ingenuidad de Cata Bono?
¿La envidia de ese flaco que se creía payaso?
¿Dónde están esos realities que hacían historia, que impactaban?
Reconozcámoslo: la crisis no sólo es económica. La crisis también es moral.

22.1.09

TODO ES CANCHA



Un grupo de jóvenes de Quinta Normal ha cometido el error de creer la publicidad de las autoridades, los sindicatos y la television. Creyeron que todo es cancha y que cualquier cancha da lo mismo. Pensaron como por lo demás les decían toda suerte de voceros de Chiledeportes, que la actividad deportiva siempre es buena, libera del alcohol y de las drogas. Sin tomar en cuenta el ejemplo de Maradona o Pinilla, pensaron que pegándole a una pelota le hacían un favor a la sociedad.

Recibieron por ese bien que creyeron publico, retos y advertencias de la policía. Creyeron que sus calles eran suyas y se dieron cuenta que no, que eran de los acusetes que quieren que los jóvenes de mañana sean tan frustrados como los de ayer.

Es hora, quizás, que unifiquemos los discursos. Si fomentamos los deportes - cosa que personalmente me parece una estupidez - hagamoslo hasta el final. Si queremos actividad física, peloteos y juegos, fomentemoslos donde se dan cada día y no mandemos a carabineros a resolver los conflictos que no nos atrevemos a discutir con nuestros vecinos. La ley sigue siendo el ultimo recurso, usarlo como el primero es de alguna manera pervertirlo.