26.8.06

CAMILO, EL REY DE LOS... ¿CAZAVAMPIROS?



Confieso que me causó envidia el delincuente que irrumpió en camioneta, haciendo estallar mamparas y ventanales, por los pasillos de un mall. Apuesto a que se sintió Tom Cruise o Bruce Willis por un par de minutos. "Esto es mejor que en las películas", debió haber pensado.

Y parece que no soy el único que anda en esa frecuencia. Estimo, más bien, que casi todo el mundo en este país (y no sólo los asaltantes de joyerías) están jugando a las películas en los últimos días.

Y no lo digo sólo porque acaba de terminar el Festival de Cine de Santiago y estamos a punto de iniciar el Festival de Cine de Valdivia. Sino por cómo todo esto parece haber contagiado del espíritu del séptimo arte a muchos de nuestros dirigentes, autoridades y personajes públicos.

Díganme que no es de película el tema de las mafias rusas que han llegado incluso hasta nuestro modesto fútbol chileno ofreciendo sobornos para arreglar partidos. Perdón, pero no me cabe en la cabeza que a alguien, siquiera para robar, le interese el campeonato nacional.

Se debe tratar, obviamente, de un documental o un cortometraje. Acaso del Discovery Channel. Claro, hay un personaje con el nombre perfecto para este tipo de filmes ("Frank") y con un apellido que invoca siglos de tradición narrativa ("Lobos").

¿Cómo se llama la película? "Frank y la mafia rusa: el día en que los lobos feroces se adueñaron del fútbol".

He visto también esta semana a Francisco de la Maza en su lucha contra los travestis de Las Condes. Sin ningún "Secreto en la montaña", quiere terminar con la prostitución en el barrio El Golf. Cree que lo logrará cerrando algunas calles en las noches ("Buenas noches y buena suerte"), pero lo más probable es que el pequeño barrio rojo sólo se desplace unas cuadras. O sea, si De la Maza quiere que en Las Condes haya sólo "Sexo con amor", con este tipo de medidas no lo logrará y además de barrio rojo terminará con "Promedio Rojo" .

Pero el protagonista de la semana es, sin lugar a dudas, Camilo Escalona, en su papel de "Blade, el cazador de vampiros", con esto de salir a perseguir a los "chupasangres" que, desde su punto de vista son los empresarios que no respetan las leyes laborales.

(Y pensar que con esa misma boquita se alimenta, je, je, como diría mi tía Juana. En fin. Lo dijo y qué.)

Desde luego le cayeron encima de todos lados. Hasta lo compararon con Altamirano y todos los insensatos del tiempo de la UP.

Mala cosa que a quien se supone el consejero más importante de la Presidenta lo acusen de estar desestabilizando su gobierno con intervenciones incendiarias.

Yo no entiendo a Camilo. Primero, llamó a todos quienes quieren ser candidatos presidenciales a dar vuelta las cartas y presentarse en sociedad sin pudores. Es decir, inició la carrera a La Moneda cuando su amiga Michelle todavía no ha terminado de desempacar en palacio. Raro.

Después, insiste con que la idea de hacer un plebiscito para cambiar el sistema binominal es buena cuando la propia Bachelet ya se había arrepentido de haberlo dicho.

Y ahora esto de tratar a los empresarios de "chupasangres".

¿Por qué le haces esto a Michelle, Camilo?

Es como si hubieses agarrado una camioneta y las hubieras emprendido contra el palacio presidencial.

¿Saben qué más? Creo que es otro el papel que está representando Escalona en estos días... Como que se parece a este actor... ¿cómo se llama? Boris Quercia, en el papel que hace en la última película que anda promoviendo ahora... ¿cómo se llama...?

Bueh, ya me acordaré.

18.8.06

¿JUGAMOS A SQP?


Hace unos días recibí el mail más extraño de los últimos meses. O años.

En él, Daniel proponía la idea más descabellada que alguien pudiese imaginar en estos lluviosos y mediáticos días.

La idea, simple, oscura y extraña, era juntarse después del trabajo a jugar...

Diablos... Hasta me cuesta decirlo...

A jugar a "SQP".

No escrúpulos, ni cacho, ni brisca, ni menos ajedrez. Tampoco trivium, bachillerato o, por último, a la payaya. No. A jugar a "SQP".

¿Cómo? Así; así no más.

Seguro de su iniciativa, Daniel está convencido de que al menos ocho amigos lo pueden secundar en la bizarra misión de juntarse en algún bar para repetir, al fragor de unas copas, la misma dinámica que se da en el programa. Tato Penna, el nickname de mi amigo en estos avatares, proponía que cada uno de los contertulios asumiera la personalidad de algunos de los panelistas estables, excluyendo a Italo.Tal como ustedes, en un principio pensé que mi amigo desvarió, enloqueció. ¿Cómo alguien puede juntarse a jugar a "SQP"? Sin embargo, la sola lista de nombres de pubs en los que reunirse ya era suficientemente atractiva.

Zampándose al menos una chelita, un vinito, un pisco sour o una piscola, Daniel proponía para su felipeavellesca iniciativa lugares como el Bar 14 del cine Tobalaba; el Mambo de Las Condes; o, por último, el pub Soccer de Bellavista que por último tiene karaoke. De más está decir que no conozco ninguno de los bares de la lista. Y, ciertamente, eso fue lo primero que me abrió el apetito. O más bien la garganta.

Lo otro fue enterarme, en el mismo mail, que un cupo ya estaba copado, pues, mientras yo meditaba en esto de cómo alguien puede tener semejante ocurrencia, otro amigo ya había inscrito su nombre. Y sólo quedaban siete cupos. El espacio comenzaba a achicarse.

¿Primera regla del juego? Sólo se aceptan ocho competidores. De lo contrario, cito a Daniel: "No funciona el simulacro". Y, claro, mi amigo llamaba, con algo de urgencia, a que ojalá cuatro chicas se entusiasmaran para interpretar los que son probablemente los papeles más difíciles y excéntricos: Pamela, Pamela Jota, esa chica que no tengo idea cómo se llama, pero por Dios que habla.

La anécdota es sólo eso: una anécdota. Supongo, sin embargo, que los símbolos hay que tomarlos como lo que son: símbolos. Humeantes indicios, vagos, borrosos, poco precisos, generalmente diluidos como cualquier pintura rupestre que finalmente nos terminan mostrando, cielos, así no más es, en qué mundo estamos viviendo.

Hagan ustedes el mismo ejercicio. Se juntan con un lote de amigos. Deciden jugar a algo. ¿Qué hacen?

¿Jugar a la mímica? Fome. ¿Al ludo, a las damas? ¿Al pillarse? Imposible.

Probemos con otros programas. ¿"Chile elige"? Puede ser. Es más: ¡es una estupenda idea! Pero van a necesitar estar muy bien informados. Esa onda. O al menos un ascensor que los saque de ahí. Broma.

¿Qué más? A "Pasiones". Mmm. Nada hay más aburrido que escuchar cuentos de quiebres y separaciones cuando lo único que quieres es juntarte y sentir que todos te quieren. Y tú los quieres a todos.

¿A "La ley de la selva? Muy animal. ¿A "Alfombra Roja"? Sólo juegan dos.

¡A "Vértigo"! ¿Cómo haces para que finalmente alguien pueda ganar? ¿Llamando a otros amigos para que manden sus SMS?

No me vengan con cuentos. Algo está pasando. Antes la onda era ser opinólogo. Hoy el cuento es ser panelista, que no es otra cosa que tomar un fusil y matarlos a todos. Está de moda. Es divertido. Se lleva. Un opinólogo da lo mismo donde esté, siempre será un opinólogo. Y sus argumentos no tendrán más vida que lo que duren en el eco de la pared. Sienten, en cambio, al mismo opinólogo que todos llevamos dentro frente a una mesa. Con más gente. Y entonces algo, al menos gracioso, va a comenzar a pasar.

Es el regreso al debate. Así o así todos vemos "Tertulia". Porque eso es lo otro. Jugar a "Tertulia".

Pero, entre cuento y cuento, años nos hemos pasado en eso. Lo otro, como insiste Daniel, es jugar a "SQP".

¿Muy fome?

Bueno: era una idea. Una idea de mi ingenioso amigo Daniel.

11.8.06

CORTANDO SUEÑOS



Tal como en la canción,llega Yasuri Yamileth,que saca la gillette, te deja una yé... y corta cabezas, ganas y, muchas veces, sueños.

En un tiempo más esto va a estar lleno de animitas virtuales. A la orilla del camino, esperando nada, mudos testigos de algo que pasó. Varios de los blogs que leia ya no existen, algunos se despidieron, otros bajaron la cortina y quemaron la casa.

Son hartos los que se han ido, y por varias razones, la mayoría ha dicho que prefiere cerrar porque les afectaron algunos comentarios, la sobreexposición, algunas malas intenciones, algunas malas vibras.

Lo único que les puedo decir es que sigan. Tienen que seguir eso que aman. Y si hay sueños, hay ganas. Y si hay ganas, hay vida.

Tú, sigue con tu blog.Sólo eso.Sigue.

Llevo más de un año y medio blogueando, me han dicho de todo, bueno y malo.

Adivinen qué es lo que me resbala. Y sigo escribiendo lo que quiero, cuando quiero y como quiero. No tengo vergüenza de pensar, ni menos de sentir. Y como he dicho un par de veces, no tengo tiempo para mala onda.

Te lo digo en Primera Persona Singular.

4.8.06

SIN PIEDAD




La otra vez dieron un completo informe por televisión de la estafa de los quesitos mágicos.

El golpe periodístico no fue revelar el procedimiento a través del cual embaucaban incautos, haciéndoles pagar doscientos cincuenta mil pesos por cada sobre de polvitos que luego se exportarían a Francia en forma de sopaipillas para hacer cosméticos, cuestión que ya sabíamos, sino haber encontrado muy campante en su departamento de París a la gorda francesa que los metió a todos en este negocio cazabobos.

Madame Gil estuvo alguna vez avivando la cueca en Coltauco, incitando a la gente a invertir en los quesitos, tomándose fotos con medio mundo. Era tan carismática la señora a ojos del pueblo, que incluso le cantaron esa vez qué bonita va, a vender quesitos frescos a la ciudad.No sabían con qué chichita se estaban curando.

A la voz de plata fácil, estos nuevos inversionistas, muchos de los cuales no tienen ni dónde caerse muertos, pidieron préstamos o echaron mano a las vacas del campo o a la jubilación para participar de la fiesta. Hasta el alcalde de Peumo puso plata, lo que incitó a otros vecinos a moverse rápido porque el negocio parecia redondo. Ahora que están caídos, ahora que se sabe que les metieron el dedo en la boca, ahora que la francesa se pasea en un Jaguar por París y los dos ejecutivos de la empresa Fermex están presos, asoma a lo largo y ancho del territorio el humor nacional socarrón y despiadado. Por giles les pasó, es lo menos que se escucha. Por ambiciosos.

El embrujo del negocio fácil no es asunto de chilenidad, en todo caso. En el norte de Perú, Madame Gil montó el mismo tinglado hace un par de años, los primeros afortunados alcanzaron a cobrar y a reinvertir (si ya ganaste diez, quieres ganar cien) y pronto la estafa reventó: el gerente de la empresa peruana hoy está preso y las víctimas que cayeron todavía no ven un sol de vuelta. Allá en vez de quesitos se llamaban honguitos.

Los sitios de internet donde se están organizando los estafados han sido asaltados por compatriotas que no escatiman la burla. Un anónimo cibernauta puso en venta una crema en base a algas marinas que en diez días te hace ver diez años más joven: "Sólo deben aplicarla una vez al día y por cada diez años más joven que te veas te premiamos con un bono de quinientos mil pesos. ¿Qué tal?". No hay piedad con las víctimas. Hasta ellos mismos se ríen de su propia desgracia.

En Coltauco vieron por televisión el reportaje de la gorda en París y dijeron que la película El rey de los huevones tendría que estrenarse en su pueblo, donde hay la mayor tasa porcentual de embaucados de todo el país.El humor corrosivo está en los genes. Cualquier defecto físico ya en el colegio es siempre motivo de burlas y sobrenombres. Un par de cursos más arriba que el mío había un estudiante que tenía una oreja más chica que la otra. Le decían "El Taza". A una profesora de mis hermanos mayores, con un bigote más frondoso que lo normal, la llamaban a escondidas "La Chancha", y no faltó el chistosito que una vez le dejó en el escritorio una prestobarba de regalo.

Cuando alguien se cae en la calle, lo primero que hacemos es reírnos, independientemente de cómo termine el caído. El otro día venía en un taxi, y el chofer inventó una ruta para sortear un enorme taco. Lo logró, y al ver que había dejado atrás a una inmensa fila de autos que seguro tendrían que esperar allí mucho rato sin moverse, lanzó una carcajada destemplada que me impresionó. El hombre parecía disfrutar la imagen de aquellos sujetos que permanecían estáticos, sin avanzar, en medio del taco.

El mejor ejemplo de humor nacional despiadado lo leí una vez en Norte Grande, de Andrés Sabella. Allí se cuenta la historia de "El Borrado", un obrero de la salitrera María Elena muy poco querido por sus pares que un día se cayó en las chancadoras y se esfumó: no quedó nada de él. De ahí su sobrenombre: "El Borrado". El día del accidente, el gringo a cargo de las operaciones, míster Bark, supo que el trabajador se había caído y de inmediato calculó que no había vuelta: "Ni las suelas de los zapatos pudimos encontrar. Las chancadoras lo habían reducido a una simple aleación. Decepcionado, iba yo de vuelta a reiniciar la faena cuando un compañero de 'El Borrado' me zambulló en la realidad:

¿Se da cuenta, míster Bark? ¡El viajecito a Estados Unidos que se va a pegar el huevón!".