17.8.08

QUIERO SER KIKE MORANDE


Hace un buen rato que no me pierdo Morandé con Compañía, ese programa nocturno que lejos de ser un espacio de entretención se transformó en la banda visual de este tiempo. Así como lo fue el Festival de la Una y Sábado Gigante en las décadas pasadas, con las modelos comiendo Sabrosalsa Deyco y los copiados concursos gringos, lo de Kike, a punta de baile a lo pamelais, humor trasnochado, concursos de colegio, premios en dinero en efectivo y mucho desfile en calzón y sostén, marca la pauta de lo que somos, de la televisión que estamos dispuestos a consumir.

Con el tiempo, Kike Morandé se ha transformado en el jefe que todos quieren tener: amable, tallero, asertivo, alegre, descarado, bueno pa’l copete, siempre a la moda, medio fresco y con plata, mucha plata. El típico personaje cuico que sabemos que su fuerte es entretener a los rotos. En fin, no hay más placer para los que estamos abajo que ver a una persona de apellido viñoso hacer cualquier estupidez por unos puntos de rating, que al final sólo engruesan la cuenta corriente del animador.

No exagero cuando me maldigo por querer ser Kike Morandé. Y no lo digo sólo por el hecho de desear vivir donde vive o conducir el auto que conduce, ni menos porque trabaja con ese ramillete de preciosuras llamadas a entibiar al respetable o porque algún día alguien me pueda recordar que pasé unas noches con la Bolocco. No. Por supuesto que no. Yo se que la virtud más grande que tiene es la de decir, con descaro mundial, que es light, que lo suyo es entretener y que lo demás es verso. Su gracia es sobrellevar a cuestas, sin problema, haber sido el animador de Pinochet y seguir adelante como si nada. Su osadía es ser representante de la peor Derecha, esa que ya no quiere evangelizar ni educar sino embrutecer a los del pueblo, ahora conocidos como telespectadores, con la pomada de la entretención, sin ni siquiera arrugarse.

Grande Kike. Cotizado, amado y envidiado por hacer lo que le gusta: tomar unos traguitos invitando a todos a pensar que las cargas que llevamos a cuestas son más livianas cuando miramos a un par de niñas bailar la misma canción por años.

Un día un amigo me preguntó quién era más peligroso: ¿Bonvallet o Morandé? En ese tiempo no supe qué contestar, pero ahora que te veo a diario estoy seguro que tú kike. Disfrazado de moderno, de entretenido, de total, está la maldita impunidad de los sin rabia, de los sin utopías. Esos que están llenos de auspicios de transnacionales por serviles y no por talentosos.

Maldición Kike, un día quiero levantarme y ser como tú, eso si... mirarse al espejo no vale.

11.8.08

PAMELAIS


Más allá de todo lo que se ha especulado sobre Pamela Díaz, hay un tema clave sobre el cual poco y nada se ha dicho. Me refiero a algo que hasta da un poco de vergüenza escribir. Algo que es políticamente incorrecto sólo pensar. Y eso es, en simple, si algún día Pamela podrá dejar de ser rasca para convertirse en una señorita hiperventilada, pero con estilo. Pamela Díaz style. Pameláis. ¿Sí? ¿No? Chuta: no hay respuesta fácil. Y eso por más que una revista la fotografíe rubia; entendiendo que hay ahí una opción que va más allá del chiste (es reiteración) para asumir finalmente que en el exceso de silicona, en la trasnochada estética del Passapoga, en el minimalismo SQP, existe la posibilidad de encontrar glamour. Y si no al menos moda, estilo o, como dicen ahí, "una propuesta". ¿Sí? Puede ser. Pero puede que no también.

Veamos. ¿Quién es Pamela Díaz? Hasta donde entiendo, no sólo es la ex de Neira, ese señor futbolista bueno para conquistar promo–modelocas. Tampoco es sólo la amigui de Pamela Jiles (Pinky la llama ella, como si Jiles fuera Cerebro, cuando si algo es, es justamente al revés). O la chica que se quedó con las joyas de Sung Young. O, no sé, la princesa del caño.

¿Quién es Pamela Díaz, entonces? Pues no hay que ser Eugenio Tironi para decir que un ícono del nuevo Chile Círculo Más; ese que cree que con algo de plata (no mucha) no sólo se pueden comprar lentes de sol de marca o IPhones, sino también (y éste es el punto) estilo. Pero ¿se puede? Dicho de otro modo: ¿Basta teñirse el pelo rojo para tener onda? Yo, definitivamente, creo que no. Claro que eso no basta para aclarar el caso Pamela, una chica cuya foto en bikini pasó de estar colgada en los talleres mecánicos de Diez de Julio a las revistas en papel couché.

Siempre he pensado que Pamela Díaz es preciosa. Y, mejor aún, brava. Frontal. También tierna cuando quiere. Pero... ¿estilosa? Mmm. Me van a perdonar, pero eso sería otorgarle demasiados logros a la cultura del flash a la entrada de la Kmasú; la cultura de Mekano, del bisturí.

¿Tiene estilo Pamela Díaz? Lamentablemente, sólo el que le inventan por un rato. Y ojo que el problema no es de dónde vienes sino dónde vas. Parece que la estoy viendo. En diez, veinte años más, ¿dónde estará Pamela Díaz? Quizás de anfitriona del Circo Timoteo.

—Con Uds. Pamela Díaz. ¿Se acuerdan de Pamela Díaz? —preguntará un payaso travesti.

—Si poh, la Pamela Díaz. ¿Y ya no anda con Manolito?—se preguntará alguien en el público.

10.8.08

CHILENO DE CORAZON


Lo vimos, lo vivimos, en vivo y en directo: Patricio Almonacid escapado, fugado por horas, haciéndonos recordar los mejores tiempos de Lobito Vera o Richard Tormen, eso cuando el ciclismo –y la Vuelta a Chile– era una gesta y una fiesta, pero también un espectáculo. Luego nos impactaron menos sus declaraciones: su suicidio deportivo no había tenido otro sentido que acaparar la atención de la media y, corolario, el día de mañana conseguir algún auspiciador. El punto es que el esfuerzo de Almonacid se prolongó y prolongó y su corazón (su tremendo corazón) aún seguía latiendo cuando quienes presenciábamos su hazaña no podíamos sino pensar, angustiados frente a la tele, que este chileno loco en cualquier minuto iba a reventar. Hasta que reventó.

Apenas unas horas después nos enterábamos de más detalles de la que, sin duda, será una de las grandes gestas chilenas en Beijing; por ejemplo que este flaco corajudo tenía sólo dos auspiciadores para viajar a China: una empresa de hormigón y una de buses que, en suma, le habían reportado algo así como 300 lucas, ni siquiera un quinto de lo que cuesta una de esas bicis de mall. Para qué hablar de lo que significa su entrenamiento deportivo de alto rendimiento, para el cual recibe unas 150 lucas. Y eso sólo hace dos meses.

Cierto, en China, Patricio Almonacid se transformó en una paleta publicitaria humana, con un único aunque larguísimo mensaje: soy chileno, soy choro, soy pobre y puedo hacer esto y mucho más. Eso pese a que en mi país no me conoce nadie. Y a todo el mundo le importa un pepino el ciclismo, sólo los jurgolistas, aunque sean pencas y se vanaglorien de sus minocas rubias. Pero para ellos sí hay tiempo en la tele (y, por ende, auspicios) y, por supuesto, periodistas "deportivos" que en verdad no tenían ni idea de que yo existía, pero ahí estaban, gritando por Chile, alabando el esfuerzo, cuando el resto del año sólo hablan de pelotas, entrenadores y minocas.

No aflojaré en la majadería: la mala salud del deporte nacional no es de exclusiva responsabilidad del Estado y de los posibles patrocinadores que, al menos a este nivel, brillan por su ausencia, sino también de la TV que los condena al peor de los ostracismos: la ignorancia, la poca bola to you. Sucede siempre: hasta un partido de pimpón puede ser más entretenido que un mal capítulo de una pésima teleserie. Fue la gran lección de Almonacid, justo en estos días en que el suicidio parece ser el verdadero ser de la chilenidad: si no puedes contra ellos, tírate, arrójate, quémate, muérete. Grande, Almonacid. El último héroe de verdad.

6.8.08

LAS NO-TICIAS DEL FIN DE SEMANA


Los fines de semana los noticiarios se vuelven impresentables. Si no fuera por un golpe de Estado en esta parte del mundo o un bombardeo o atentado en la otra parte golpeada del mundo no tendrían que informar. Lo más impactante es que se persiste con la idea fija de que los informativos centrales deben durar una hora. Por eso los sábados y domingos se ven un desfile de notas insólitas que sólo podrían entrar en un noticiero de los nuestros.

Para no entrar en odiosos ejemplos por canal, debemos señalar que en general cualquier tipo de accidentes, asaltos, desfiles de moda, notas de animales, temas sociales de relleno (es decir sin denuncia e investigación sólo mostrando que los pobres son pobres, los enfermos están enfermos y los drogadictos se drogan) y los repetitivos goles se toman la pantalla por completo.


Es hora que los encargados de prensa se replanteen el estelar noticioso del weekend. Hace rato que se necesita una especie de revista semanal, de noticiero central, que de cuenta en un pequeño segmento de las “noticias – noticias” de cada fin de semana y otro analítico, atrevido, donde Carcuro, Mauriziano y el sobre valorado Mauricio Israel pasen al segundo plano que les corresponde. Qué pasa en el mundo y cómo nos afecta o qué pasa en Chile y cómo esa realidad nos jode la vida a todos, deberían ser las grandes preguntas a responder en un espacio donde los analistas internacionales, políticos y económicos puedan ser también figuras de este formato que no le da oportunidad a lo que no se digiere con más dificultad que un Candy.

Esa sí que sería una revolución en nuestras áreas informativas. Por ahora debemos conformarnos con el nacimiento de algún animal en el zoológico o con una nota eterna de promoción de las telenovelas cuando estén por empezar. Una lástima porque el tiempo, lo más preciado en la TV actual, se está mal aprovechando los fines de semana en horario estelar.

5.8.08

EL VERDADERO GRAN CHILENO


Detecto serias omisiones en la lista de "Grandes Chilenos Muertos" evacuada por el canal nacional para echarlos a competir en una gymkana histórica. Por ejemplo, no veo al Cura de Catapilco, Volodia, el Cabro Carrera ni a ninguno de los tíos extraviados del clan Parra. Ya que los criterios de selección son vagos, uno tiene que imaginarlos.

Es obvio que los creativos detrás del peculiar concurso querían generar escandalo para vender su producto. Lo lograron. No se trata solo de que cierta sensibilidad política aparezca mega-representada. Los primeros electores - estudiantes rebeldes y docentes flojonazos del siglo 21 - tal vez pensaron que proceres de ideas difusas como Lautaro o Manuel Rodriguez encarnaban mejor sus sueños que los fomenques de O'Higgins o Balmaceda. Para que hablar de los cliches pop de la "Patria Justa" como Allende, Neruda y otros trovadores del pueblo: a ellos siempre les ira bien en las encuestas. Diego Portales, seamos francos, hoy no movería masas ni aunque bailara en Yingo; a Alessandri Palma no le ha alcanzado siquiera para darle su nombre a alguna avenida importante.

No es por ser mal pensado, pero siento que al confeccionar la nomina final se privilegio un concepto ambiguo denominado "buena onda". De los diez aspirantes, solo Gabriela Mistral podría ser definida como lacónica y/o parca. El resto, todos dicharacheros y buenos para el leseo. ¿ Se imaginan algo mas entretenido que pegarse un pencazo con Arturo Prat ? Esta bien, proponerlo así es una vulgaridad, aunque todo este asunto huele a falta de respeto. Que haya gente postulando al Padre Hurtado como candidato de consenso también suena a herejía.

Yo habría votado dichoso por el gran JM, pero ni siquiera clasifico para la ronda inicial. A mi juicio reunía los requisitos escenciales : simpático, trabajador, bohemio, llorón enamorado de su tierra, confiado en la bondad del ser humano, tremendo orador, poeta de lo simple, ídolo de generaciones. Hablo en serio (tanto que confieso que en enero fui a su velorio y solté un lagrimon). Sin embargo, como solo era periodista deportivo siempre se lo miro en menos y a estas alturas su figura ya comienza a disolverse.

Bajo la premisa de que este asunto es una descomunal chunga , entonces me pliego entusiasta a la candidatura de Condorito a "Gran Chileno". Algún ocioso - igual de ocioso que los votantes del sitio de TVN - monto la campaña en Facebook. El pajarraco personifica lo que somos realmente como nación, nos guste o no. Borracho, fumador, vagoneta, pillo, bueno para la talla, lacho, padre de un hijo no reconocido, amigo de sus amigos y enemigo de los arribistas; un roto simpático con todas las de la ley, en suma. El tipo partió en la mas pueblerina pobreza y con el tiempo prospero hasta instalarse en la clase media, que es donde todos queremos estar. Después de Pinochet y el lanza a chorro, Condorito es el arquetipo de chileno mas famoso en el extranjero. Y es el campeón de la "buena onda". ¿ Que mas méritos necesita ?.