5.10.08

HIP-HOPEROS CHILENOS: LOS AMOS DE LAS CALLES


Se viene la seguidilla de mega recitales, incluido, el 30 de octubre, el de 50 Cent: el señor del rap, del hip-hop, el artista delincuente que, ya en el colegio, traficaba armas de grueso calibre y drogas duras. El hombre —baleado 4, 5, 9 veces— cuya madre fue violada y quemada por los capos de la droga. El artista millonario, la estrella que se codea con Robert de Niro y Al Pacino, el negro del billete largo que en nuestro país presentará "Terminal on sight", su último trabajo. Toda una explosión en Chile. Porque desde hace años, con muchos watts, aunque sin la venia (y quizás respeto) de la media más correcta, el rap y el hip-hop de pronto se tomaron las radios más masivas, haciendo que los señores de la calle ya no sólo dominaran en la pobla, sino también en cualquier bar de Vitacura y La Dehesa. Y cómo no, si el cuico modernillo, el neo-cuico digamos, hoy no aspira a otra cosa que a ser un cuico flaite.

Pienso en el éxito de MDM, el trío de la periferia cool que vaya cómo arrasó cuando sumaron a Adrián, de Adrián y Los dados negros, a esa energética mezcla que suma cumbia, sound, rap y hip-hop. A ellos recién los conocí para este 18, cuando me los mostró el hijo de Don Víctor, un súper maestro que me ayuda a reparar cosas. Johnny, un chico de 18 años que también rapea y hace hip-hop, me dijo: "¿Has escuchado esto?". Luego le puso play a una música sorprendente que hablaba de la pobreza, la violencia y el legítimo derecho a salir de esa condena y también a usar buena ropa, a tener una novia linda. Eso que Curtis Jackson, 50 Cent, llama "Power of the dollar".

Vivimos tiempos raros, inquietantes, en los que todo se ha enredado tanto, que ya ni siquiera sabes qué es el dinero o, al menos, quién es el que tiene el dinero. Es en medio de esta crisis que conceptos como riqueza y movilidad social se vuelven, como nunca antes, tremendamente subjetivos. No lo sabrá el propio 50 Cent que, según Forbes, amasa una fortuna que se calcula en 150 millones de dólares. Y, aparte, tiene su propio juego de Play Station y su capítulo en "Los Simpson". ¿Algo más se puede pedir?

Probablemente sí, pero habría que ser muy cínico como para no reconocer que con eso bastaría. Y es por eso, supongo, que el hip-hop y el rap en Chile han comenzado a reinar. Y es por eso, también, que todos queremos una entrada para ver a 50 Cent.

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